Si la semana pasada hablábamos del gluten, esta semana nos ha parecido un buen tema hablar del ACEITE DE PALMA que tanto se esta en boca de todos últimamente. Este es un aceite vegetal rico en grasas saturadas, sobretodo en ácido palmítico, que se emplea mucho en la alimentación porque no viene de ningún cultivo transgénico y porque al no aportar sabor, su forma refinada (no se enrancia ni se oxida con facilidad) lo hace ideal para alimentos. A estos datos hay que añadirle su alto rendimiento ya que produce 10 veces más aceite por unidad de área que otras semillas oleosas y su buen precio. Por todo esto, el aceite de palma es el aceite vegetal más usado en el mundo – alrededor del 30% de la producción mundial de aceites y grasas.
Como muchos sabréis, hay estudios que demuestran que las grasas saturadas tienen efecto negativos para la salud, fundamentalmente en relación con enfermedades cardiovasculares y obesidad. Por lo tanto, da igual el origen de estas: ya sean de origen vegetal como el aceite de palma o de origen animal, cualquier grasa saturada es perjudiciales sin importar su origen.
Y os preguntaréis: Entonces, dónde esta el problema con el aceite de palma? Pues bien, la alerta que ha surgido, según la Autoridad Europa de Seguridad Alimentaria (EFSA), hace referencia a los contaminantes que se generan durante el proceso de refinamiento del aceite de palma. Estos son 3-MPD, el glicidol y sus ésteres, y se están asociados a un mayor riesgo cancerígeno. Por eso se está modificando el reglamento sobre el etiquetado de los alimentos y ahora debe aparecer las procedencia. Por ejemplo, si pone “aceites vegetales” o “grasa vegetal” tiene que especificar la procedencia del vegetal: si es aceite de palma, aceite de girasol,…
Pero sin embargo tenemos que recordar que el ácido palmítico es el ácido graso que más abunda en nuestro organismo y tiene muchas funciones importantes, entre ellas la que se encarga de producir energía y la de unirse a otras proteínas para realizar algunas funciones relacionadas con el sistema nervioso. De ahí que se incluya en la dieta de menores de 2 años y esta presente en fórmulas infantiles y otros alimentos para los peques. En cuanto a niños mayores y adultos, su consumo debe ser moderado, controlando la cantidad y la calidad, según la Asociación Española de Pediatría. Podéis ver el comunicado de El Comité de Nutrición de la AEP y la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica han elaborado en conjunto sobre el aceite de palma y el ácido palmítico en la alimentación infantil aquí.
Además, otro dato aunque más medio ambiental a tener en cuenta es que las plantaciones de aceite de palma es la causa principal de deforestación en Malasia e Indonesia según el Programa Medioambiental de Naciones Unidas (UNEP)
Tras toda la polémica surgida en torno a este tema mucha gente ha optado por buscar alimentos o productos que no contengan aceite de palma en su composición, sustituyéndolos por otros productos que usan otros tipos de grasas, pero esta no es la solución! Según Miguel Ángel Lurueña, especialista en Tecnología de los Alimentos y consultor científico-tecnológico, “Un ultraporcesado que NO contenga aceite de palma, no es por ello más saludable. Probablemente contendrá otra grasa de mala calidad, grandes cantidades de azúcar, sal y harinas refinadas, cuyo perfil nutricional tampoco es recomendable”. Destaca que lo importante es fijarse en el alimento en su conjunto y dejar de consumir comida ultraprocesada en general y no uno de sus componentes en concreto.
Lureña destaca: “Muchas empresas han reaccionado a polémicas como la del aceite de palma retirando el componente en cuestión, pero reformulando los productos de forma que contengan ingredientes poco saludables, lo que en definitiva es una estrategia de marketing que no aporta nada”. Además Carlos Ríos, dietista-nutricionista, añade “La dieta de los españoles, a día de hoy, no es la mediterránea, sino la ultaprocesada y eso tiene una relación directa con el hecho de que las enfermedades crónicas no transmisibles, como las cardiovasculares y el cáncer, sean las principales causas de mortalidad en nuestro país”
Conclusión: lo ideal es basar nuestra dieta en alimentos frescos que ni siquiera necesiten etiquetados: frutas, verduras, carnes no procesadas, legumbres,… 100% saludables.
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Cuidando de ti,
Farmacia Europa Benidorm
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Fotos: ocu .org, elperiodico .es, fondazionedietamediterranea .it, sinembargo .mx, oleoteka .com
Biografía: Asociación Española de Pediatría, elmundo .es